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miércoles, 5 de diciembre de 2012

¿Tenemos en cuenta los verdaderos objetivos en el fútbol base?

LOS OBJETIVOS ¿PLANTEADOS DESDE LA PERSPECTIVA DE LA TAREA O DEL EGO?



Hoy hablamos sobre los objetivos, viene a raíz de una situación de una entrenadora en su equipo. Nos comenta que lleva un tiempo viendo a los jugadores con falta de "chispa" como pérdidos, "vienen a entrenar porque son niños y les gusta jugar con sus amigos, pero noto que no es como al principio, parecen pérdidos". Lo primero que le preguntamos es que si sus tareas son dinámicas y variadas, nos comenta que si, por lo que descartamos esa opción, y al saber también que no hay ningún problema de relaciones entre compañeros, optamos por algo que siempre esta en todas las facetas de nuestra vida los objetivos.
Los entrenadores/as del fútbol base cuando empezamos  una temporada no nos paramos a pensar en los objetivos que tenemos para nuestros jugadores/as, parece que al ser una competición el objetivo es solamente ganar y que no existen otro tipo de objetivos más individualizados.
Dentro de ganar hay dos vertientes, los equipos que tienen como objetivo quedar primero o de los primeros, por lo que su objetivo se resume en intentar ganar todos los partidos, y después está el resto de equipos que su objetivo es intentar ganar el partido de cada semana para no sufrir durante la temporada.
Este pensamiento no solo es transmitido por algunos entrenadores/as, sino los jugadores/as reciben este tipo de mensajes durante su socialización (familia, amigos, personal del club al que pertenecen como coordinadores, directivos....), por lo que debido a la cultura del éxito sin importar el proceso, nos encontramos a jugadores/as que se apuntan a los clubes de fútbol con la idea de que su misión es ganar sus partidos. Es importante inculcar un carácter competitivo a los jugadores/as pero hay muchas formas de hacerlo.
El entrenador/a, a través de su conducta, manifestada a través de su método de enseñanza y las relaciones que establece con sus deportistas, ejerce una gran influencia sobre éstos, incidiendo en aspectos como la motivación y las emociones, así como sobre los aprendizajes y el rendimiento deportivo. Esa conducta puede demostrar si tenemos una alta predisposición a la tarea o al ego (resultado final), incluso se pueden dar ambas juntas, pero una se manifiesta con mayor fuerza, es decir, una alta orientación a la tarea y baja al ego, o alta al ego y baja a la tarea. Tener una alta orientación al ego, es algo muy común, donde premiamos el resultado final de la acción, si ese golpeo ha acabado en gol o no o si ese pase ha sido bueno porque lo ha dejado solo ante el portero. La conducta propia de esa metodología es:

 Ausencia de variedad en las tareas.
• Estilo de dirección autoritario, que no permite a los deportistas tomar decisiones.
• Reconocimiento de los deportistas público y basado en la comparación social.
• Agrupación de los jugadores en función de su habilidad.
• Evaluación en función del hecho de ganar o perder o basada en la comparación.
• Distribución del tiempo de práctica igual para todos los deportistas.


 Sin embargo la orientación a la tarea incidimos más en el proceso que en resultado final de éste. Para conseguir este tipo de conducta es necesario:

  El planteamiento de tareas desafiantes y diversas.• Dirección poco autoritaria, que permite autonomía a los deportistas para tomar
decisiones.
• Reconocimiento de los méritos realizado de forma privada y basado en el propio
progreso del deportista.
• Agrupamiento de los deportistas en la práctica que favorece el aprendizaje
cooperativo.
• Evaluación basada en la maestría en las tareas y en la mejora individual.
• Distribución de los tiempos de práctica ajustado a las capacidades personales.


Como hemos dicho antes la percepción de nuestros jugadores/as de cómo abarcamos los entrenamientos y partidos influye en la implicación motivacional de nuestro equipo, por lo que si desde el inicio de temporada le marcamos unos buenos objetivos enfocados a la mejora de la tarea, siempre tendremos unos jugadores/as dispuestos a mejorar, aprender y motivados, sin una exagerada preocupación por los resultados de la competición que pueda influir en su estado de ánimo.

Pensamos que nuestra compañera puede trabajar con su grupo tratando que sus jugadores/as tengan unos objetivos individuales y así recuperar esas "ganas" que nos dice que han perdido.

Aqui os dejamos un ejemplo de unos objetivos orientados a la tarea:

- Utilizar la pierna más apropiada al contexto del juego, independientemente si falla o no.
- Realizar controles orientados en función de la zona del campo, compañero y rival.
- Finalizar más en los partidos.






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